martes, julio 26, 2005

DIGO

Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.

Escondidas

Exodos de memorias de noches eternas.
Avatares del día a día secuestrando lunas blancas.
Hasta yo puedo marcharme de mí. No habría por qué no hacerlo.
Sobre todo: hacerlo.
Es tan difícil dejarse en algún lado.
Cada vez que lo intento me encuentro en la vuelta de esquina
y me acompaño unas cuadras mientras fumo un cigarrillo
y trato de conversar(me) para ocultar mi temor de entender(me?).
Me río
Me lloro
Me invento
Me escondo
Me muestro
No soy tan otra como creía.
Otra cuando dejo de creer en aquella que creía.

Ceci.

viernes, julio 22, 2005

Comprensión

Ecos de memorias pasadas susurrando frases de la niña que duerme entre jazmines. Ella no sabe que le pertenecen, ella no se reconoce en el jardín de las fragancias misteriosas.Entonces decide asir cada vocal para domeñar la ajenidad de la que es testigo, testigo mudo y absorto de rostros desconocidos y sin embargo, tan familiares...
Cuando decide dejar de esperar la figura que la conmueva sucede el reconocimiento de las mil maneras de nombrarse y en ese rostro, que es tan suyo, siente la dilución de las certezas que la anidaban.

Ceci

martes, julio 19, 2005

En el instante sin tiempo del encuentro
una mirada detenida en el susurro del nombre que se le escapa.
Ceci.

viernes, julio 15, 2005

El encuentro

¿Cuándo fue que dejé de ir a ese lado otro en el que había encontrado la razón del sinsentido que advenía en los instantes en que el mar se me asemejaba a los espejos históricos de los cuentos de mi infancia?
Ahora yo, en este otro lado...rememorando pasajes de aquella poeta que me desposeyó del encuentro con mi letra en el exacto momento en que me desconocí en sus versos y no pude más que dejar de escribir porque sus palabras eran mi abecedario...
Entonces...tan otra...tan propia de mí...a la distancia...sin estridencias.
Cecilia.

miércoles, julio 06, 2005

ROSA

Bostezos nocturnos para el despertar matutino...

Cuando vivía en mi país rosa
apresuraba mi cerrar de ojos
para habitar el otro lado:

el de los espejos
el de las noches
el lugar del amor
para las soledades en muletas.

Hoy me desmorono ante
el rosa iridiscente
que adorna las paredes
de mi cuarto adolescente.

Los espejos y las noches
El amor y las soledades
jamás podrán pintarse de rosa.