martes, julio 26, 2005

Escondidas

Exodos de memorias de noches eternas.
Avatares del día a día secuestrando lunas blancas.
Hasta yo puedo marcharme de mí. No habría por qué no hacerlo.
Sobre todo: hacerlo.
Es tan difícil dejarse en algún lado.
Cada vez que lo intento me encuentro en la vuelta de esquina
y me acompaño unas cuadras mientras fumo un cigarrillo
y trato de conversar(me) para ocultar mi temor de entender(me?).
Me río
Me lloro
Me invento
Me escondo
Me muestro
No soy tan otra como creía.
Otra cuando dejo de creer en aquella que creía.

Ceci.