martes, enero 03, 2006

libre albedrío

No hay otro motivo. Es sólo la diferencia. Con ese espacio logrado respirar no sería sensación de deber dar cuenta. Respirar por el sólo hecho de que además de necesitarlo, me da la gana.
A cuenta de qué vengo a darme cuenta del lugar que ocupan aquellos a quienes endilgué posiciones de sostén de lo que ahora desarmo en finos jirones que muestran que los espejos pueden romperse por el hecho de sentir miedo (a la diferencia?)
_ Y que se rompan! grita el fuego que no desea extinguirse.
_ Pues bien, que se rompan_ me digo no tan tranquila y en ademán de sostener no el espejo sino la pared que lo mantiene colgando (como un cadáver) colgando (como un milagro de levitación).
Qué inarmónica coincidencia: el espectro, el espejo y yo, yo, el espejo y el espectro.
Las alianzas resultan fatídicas en algunas circunstancias, sobre todo si el muerto no quiere serlo y sobrevuela las paredes con forma fantasmática.
_Debería empezar a matar algunas cosa_.pienso con voz de inocente asesina.
Como quien disfruta imaginandoparaísos me regocijo con la idea de asesinar los espejos y abrir orificios a las paredes por los queentre aire y luz y sombra y fuego y nieve y cualquier cosa quequiera entrar, ya no habrá espejos impidiendo haciendo doble imagen de un afuera.
Tal vez más adelante coloque unas finas telas que dejen pasar no todo lo que circula.